María Eugenia Mosquera: «En Vale TV no hay excesos de ningún tipo»

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Dedicada a los medios desde muy joven, la historiadora María Eugenia Mosquera habla con auténtica pasión y seguridad de Vale TV y del tiempo histórico que vivimos actualmente en el país.

Desde 1998 y durante 20 años, ha estado al frente –como directora general- de este canal educativo y sin fines de lucro, adscrito al Arzobispado de Caracas, y ha logrado sacarlo adelante en un tiempo de cierres y limitaciones a los medios de comunicación social.

Como ella misma lo expresa: “hemos pasado muchas tormentas, muchas crecidas, pero las bases del puente de Vale TV son muy sólidas porque se fundamentan en el recurso humano, se fundamentan en la misión, se fundamentan en el ADN que todos tenemos del canal (…) entonces es un puente sólido que ha demostrado que cualquier situación-país no lo derrumba y las hemos enfrentado”.

A propósito de las dos décadas de la televisora, Mosquera habla sobre los desafíos de llevar conocimiento a través de los medios masivos, de la importancia de repensar el país y del compromiso ciudadano que se requiere para reconstruir Venezuela.

Vale TV ha cumplido 20 años, 20 años en esta historia de país.  ¿Cómo han logrado sacar adelante el canal en tiempos de cierre de emisoras, periódicos y canales de televisión?

La respuesta está en el Reto País.  En el reto de vivir con dignidad.  Para mí, el reto siempre ha sido y será Venezuela, es reconstruirla desde las bases de la cultura- educación, la política- institucionalización y la economía.  La respuesta siempre va a estar en que si se logra trabajar esas tres bases de la mesa habremos logrado construir el camino para un país productivo con calidad de vida. Y eso nos lleva a a pensar en el reto propio que es el reto individual, de cada quien desde su espacio.   En Vale TV, desde el primer día, se tuvo claro que evidentemente había un cambio en el país, después de 40 años de gobiernos civiles volvíamos a tener en el gobierno a un militar. El sentido común me llevó a pensar que, si bien no sabía lo que le venía al país por delante, lo que tenía claro, como historiadora, era que no iba a ser nada de lo que habíamos visto, por lo tanto el canal se tenía que preparar y pensar a 5, 10, 15, 20 años.  Y pensarlo desde la austeridad, para que pudiera sobrevivir a cualquier situación de crisis: nuestras instalaciones, nuestro mobiliario son sencillos, los recursos son aprovechados una y otra vez; en la pantalla y en los programas siempre se hace énfasis  en la calidad, tanto en las alianzas que se hacen como en lo que producimos.  La calidad, la calidad técnica y la calidad de contenido, todo lo demás es austero y debe ser austero.  Algo importante es que cuidamos a nuestra gente,  somos 30 personas en total, eso incluye vigilante, la señora que nos cuida, todo el personal.  Tenemos filósofos, historiadores, periodistas, eso no da una amplitud de pensamiento, nos permite tener diferentes miradas de un país, que cuidan minuciosamente cada cosa que hacen.  Volvemos al inicio, cuidamos al personal, cuidamos al recurso, invertimos en pantalla, invertimos en cuidar a la gente.  No hemos tratado de crecer exageradamente, no tratamos de abarcar más de lo que toca”.

La diáspora ha desmantelado equipos humanos completos. ¿Han sufrido sus rigores entre el personal del canal?

Claro que sí, pero nosotros hemos venido formando generaciones.  Vale ha sido una escuela permanentemente, ha sido una escuela desde el día uno.  Mientras teníamos gente formalmente graduada con posgrados, contratábamos jóvenes de 18 años que estudiaban el primer semestre y los íbamos educando, adiestrando, entonces en la medida que se han ido unos, han quedado los que se han ido formando.  El personal está permanentemente en  formación, el que está y el que ingresa nuevo”.

¿Cómo se da ese proceso formativo?

“Aunque nuestras alianzas son de contenido, también han sido alianzas para la escuela Vale TV. Por ejemplo, con la Deutsche Welle (DW) en dos ocasiones hemos cerrado el canal completo, por dos semanas, para que todo el mundo se dedique a estudiar, a formarse en reportaje, microreportaje y los diferentes formatos de televisión. ¿Por qué? Porque siempre va a ser más económico traer los profesores de afuera y formar a la gente.  Por eso te hablo de austeridad, de conciencia de lo que estamos haciendo, por eso es que Vale resiste, porque los fondos son pocos, pero son exclusivamente para la pantalla y el personal, aquí no hay excesos de ningún tipo”.

¿Vale TV se autogestiona?

“Hemos pensado desde el día uno que Vale TV debería funcionar como un canal de televisión, como una productora que le permitiera crear contenidos propios y ajenos para poder autogestionarse, porque Vale no recibe fondos públicos, genera sus propios fondos. Nosotros no hacemos publicidad convencional, pero hacemos publicidad de función social, es decir, desde hace mucho tiempo las empresas comenzaron a hacer labor social y eso hay dos formas de gestionarlo: de una manera muy discreta y eso está bien; o hay empresas que prefieren difundir la labor social con mensajes de beneficio social, yo creo que esa opción es la más interesante. ¿Por qué? porque en la medida que tú informas sobre lo que haces, se te multiplica el mensaje y mucha más gente se lo puede apropiar y lo puede utilizar. Entonces, hemos ido convenciendo progresivamente a las instituciones que tienen una trayectoria en programas de responsabilidad social, que lo anuncien, lo comuniquen a través de Vale y eso nos permite tener una coherencia:  primero fuimos el primer canal de televisión en ser una asociación sin fines de lucro, el primer canal de televisión de la Iglesia dedicado a hacer responsabilidad social, por lo tanto hay una absoluta coherencia entre aquella institución o empresa pública o privada que quiera hacer mensajes de  beneficio social, que lo produzcan con Vale y lo transmitan por Vale, porque hay una absoluta coherencia entre lo que se produce, lo que se transmite, lo que se comunica, y esto es lo que te da, hoy en día, una mayor reputación: la coherencia”. 

 

¿Qué la hace afirmar con tanta fuerza que son un canal coherente?

En estos 20 años, probablemente, el canal más coherente ha sido Vale porque nosotros dijimos desde el primer día lo que íbamos a ser: un canal sin fines de lucro, dedicado a la cultura de la manera más amplia y plural posible.  Hoy día te puedo decir que eso es lo que somos. Claro, hemos ampliado nuestro formato original que era el documental o el microdocumental, hoy en día, tenemos microdocumental, noticieros, reportajes y series históricas. ¿Qué no hacemos nosotros? Análisis de las noticias, porque no nos corresponde, porque somos un canal cultural e informativo y ese es nuestro espacio.  Vale entrega contenidos densos, presentados de una manera más dinámica, utilizamos algunas herramientas de la televisión educativa  y algunas herramientas de la televisión comercial, fusionamos las dos cosas y construimos un canal dedicado al conocimiento.  Vale no es un canal educativo ni es un canal comercial de entretenimiento, es un canal de conocimiento y así fue presentado en la universidad autónoma de Barcelona y fue aceptado por los catedráticos como una nueva categorización.  En el libro blanco de la televisión iberoamericana, nosotros somos el primer canal categorizado como un canal de conocimiento,  los contenidos densos o que pudieran ser densos lo entregamos de una manera amigable, donde un niño se pueda sentar a verlo o un adulto o una persona un poco más especializada. Tratamos que los programas que se hacen como Espacio Arte, De la Mano con la Iglesia o el que yo llevo (Conversaciones con Mosquera) sean más cercanos”

En este momento país ¿Cómo ve a Vale TV dentro de 5, 10 o 20 años?

“La televisión, lo mismo que cualquier institución, empresa o universidad, se tiene que pensar y repensar cada día, porque este país requiere que uno lo piense cada día, si uno mismo se piensa cada día, con más razón las instituciones porque si no mueren.  Venezuela está atravesando un cambio de paradigmas que coincide además con un cambio de era y en medio de ese cambio de era y de nuestro propio cambio de paradigma que es el cierre de ciclo, nosotros tenemos que pensar la institución.  Ni las universidades son lo que deberían ser ni las empresas son lo que deberían ser ni los medios somos lo que deberíamos ser, por lo tanto lo que estamos gestando. ¿Por dónde va el mundo en este cambio de era?, ¿por dónde va la tecnología?, pero sobre todo ¿por dónde van las necesidades de la gente?  Va a ser muy preponderante la tecnología o lo más importante va a ser qué inventamos, pero que no importe cuan desarrollado esté el mundo tecnológico, el énfasis debería ser la gente, la humanidad, la sociedad.  Entonces yo creo que hay muchas personas e instituciones que se están pensando y repensando.  Como ya te dije, creo que estamos atravesando simultáneamente un cambio de paradigma con un cambio de era, por eso es tan fácil, tan fácil, para el país y para todos nosotros tener un destino brillante en los próximos cinco o diez años, enorme, gigantesco”.

 

¿Eso es una visión de historiadora?

“Los historiadores padecemos igual el día a día de todo el mundo, cuando aquí no hay agua, yo paso de gerenciar programas a gerenciar la búsqueda del agua. Nadie de los que vive aquí  escapa a la realidad país. Eso no quiere decir que uno no esté viendo dónde estamos. Yo tengo la certeza absoluta, pero absoluta, de que estamos en un cierre de ciclo y que eso  ha significado, como todo cierre de ciclo, una regresión histórica; nosotros estamos en una regresión histórica de casi cien años, y ella implica el cierre de un ciclo y cada vez los ciclos son más cortos, antes eran de cien años, luego de cincuenta años, después de treinta años y ahora tenemos uno de veinte.  Lo que pasa es que nosotros estamos en cambio de paradigma en medio de un cambio de era, entonces de alguna manera sentimos que esa regresión histórica es mucho más profunda, pero también va a ser mucho más violento, en el buen sentido,  el cambio, porque es mucho más fácil, hay que construir todo.  Y estamos tan ávidos de todo, que vamos a absorber, yo lo veo muy, muy rápido, de verdad. Y no soy una optimista ciega, soy muy muy aterrizada, soy tan aterrizada que pese a toda la adversidad, este canal sigue en pie con la misma calidad y hasta más. Desde el primer aniversario de Vale hasta hoy,  el país cambió, cambió porque entendimos que parte de la solución somos nosotros, que nos tenemos que organizar como ciudadanos para reinventarnos, para tener mejor calidad de vida.  Tú ves en el interior una enorme cantidad de muchachos, de gente, inventando cualquier cosa porque no se quieren ir, entonces han montado una miniempresa familiar de tortas, una mini empresa familiar de distribución de lo que sea y eso es lo que hace que un país eche para adelante: micro empresarios.  Entonces, el país se organizó desde lo más pequeño, que es el núcleo familiar, el núcleo vecinal, para echar hacia adelante, para prosperar, sin el gobierno ni la política ni los políticos que le resuelvan el problema.  Claro, eso no es lo ideal, pero eso es lo que indica la fuerza de un país, eso es lo que indica la fuerza de veinticinco millones de habitantes que resisten, que siguen echando para adelante, que decidieron ponerse el país al hombro, que no se van y esa va a ser la fuerza que va a resurgir el país muy, muy rápido. 

Hay una corriente de opinión, en las redes sociales, que dice que esos son los que se acostumbraron.

“Nadie se acostumbra  a lo malo, creo que eso es un error repetirlo.  La gente se acostumbra a lo bueno, a la vida fácil y cómoda, pero no a lo malo. Lo malo, la gente lo transita, ni siquiera me gusta la palabra sobrevivir.  Creo que los venezolanos entendimos que esta es la época que nos toca transitar y la estamos transitando con dignidad o con la mayor dignidad posible.  Nos echamos el país al hombro y eso es lo que tenemos que hacer en cada una de las disciplinas. Luego, sí, el país hay que echarlo para adelante, el país tiene que ser trabajado y repensado, desde la economía, la política, la cultura-educación, para convertirlo en un país productivo con mejor calidad de vida para todos.  Tenemos que construir un Estado-Nación modelo y eso solo lo vamos a poder hacer los ciudadanos con los políticos.

¿Quiénes deben asumir el reto de reconstruir el país?

“Reconstruir Venezuela no es un tema de los políticos solamente, reconstruir Venezuela es un tema de todos los venezolanos, los de la diáspora y los que estamos aquí.  Tampoco de la diáspora, es de los que estamos aquí principalmente, porque yo insisto, los que se fueron hace 20 años ya no reconocen el país ni las circunstancias y para poder levantar un país hay que entenderlo, hay que entenderlo con su clase media empobrecida, hay que entenderlo con sus profesores, hay que entenderlo con los barrios, hay que entenderlo con los colectivos, hay que entenderlo con los ciudadanos de a pie y hay que entenderlo con los militares.  Para entender ese país hay que estar aquí y así poder reconstruirlo”.

♦Fotos: Cortesía Vale TV

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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