Venezuela necesita reeducar para el bien común

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La UCAB realizó sus XVIII Jornadas de Educación en Valores, durante las cuales el sacerdote jesuita Luis Ugalde pidió impulsar, desde las aulas, el voluntariado y la solidaridad, así como la formación en oficios que permitan «el renacer de la economía». Docentes llamaron a modelar con el ejemplo

*Por Grace Lafontant León/El Ucabista

Recientemente, docentes, investigadores y estudiantes de Educación se congregaron en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas,  para participar en las XVIII Jornadas de Educación en Valores, actividad organizada por la Facultad de Humanidades y Educación de esta casa de estudios, con el fin de compartir ideas y experiencias sobre el rol de las instituciones y profesionales de la enseñanza en la promoción de la ciudadanía y la democracia.

El encuentro arrancó con una conferencia magistral del exrector de la UCAB, Luis Ugalde, luego de lo cual se realizó un conversatorio sobre planes curriculares y formación ciudadana, se expusieron los resultados de un estudio de la UCAB sobre el papel de las universidades en la promoción de valores y se presentaron experiencias de buenas prácticas de organizaciones e instituciones educativas.

«Hace algo más de 18 años, profesores del colegio San Agustín de El Paraíso y de esta universidad nos planteamos desarrollar un espacio formativo que contribuyera con la educación de calidad en nuestro país. Desde entonces, las Jornadas de Educación en Valores han formado parte de la historia de nuestras instituciones y de nuestro desarrollo personal y profesional. Hoy nos convoca un tema de mucha prioridad para nuestro futuro inmediato como sociedad. Se trata de la formación para la ciudadanía democrática, de la democracia como forma de vida», dijo el decano de la Facultad de Humanidades y Educación, José Francisco Juárez, al inicio de la actividad.

Educar para la reconstrucción, pero con solidaridad

En su ponencia, titulada «Ciudadanía, democracia y educación», Luis Ugalde -quien es docente, filósofo, teólogo y doctor en Historia- enfatizó que uno de los principales desafíos de Venezuela es «educar a la sociedad civil para el renacer de la economía».

Sugirió la necesidad de que la sociedad se replantee la formación de la población en oficios varios ya que, debido a la migración, ha habido una fuga importante de personas especializadas en trabajos que no requieren, necesariamente, de un título universitario. Advirtió que, con una industria petrolera arruinada, se debe impulsar otro modelo de desarrollo: «Insisto en el tema de los oficios para la supervivencia», dijo.

El sacerdote jesuita  explicó que Venezuela será un país verdaderamente rico cuando la suma de sus bienes y servicios producidos sea de primer mundo. Pero, más allá de lo material,  dijo que la verdadera riqueza de la nación está en su gente. 

«Lo peor que nos puede pasar a los venezolanos es rendirnos. Lo que va a cambiar al país es cuando la mayoría diga que sí podemos cambiar», puntualizó.

Por eso, indicó que el verdadero reto es promover, en todos los niveles, una educación que construya ciudadanía y voluntariado a gran escala, que apele la superación de conductas individualistas y reconozca al otro y sus intereses.

«Hay que apostar al talento, desarrollar el poder ciudadano basados en la solidaridad y el voluntariado. ¿De dónde va a salir la riqueza? Del talento de la gente. La mina está ahí, pero si no se sabe abrir, la generación se vuelve un peso muerto que alguien más debe arrastrar. Tenemos que tener una campaña de educación, que los hijos estén en la escuela y de ahí presionar. Esa es la prioridad, sin eso no tenemos futuro».

Modelaje y ejemplos más allá del plan de clases

Las XVIII Jornadas de Educación en Valores continuaron con el conversatorio «Apreciaciones sobre los valores, su relación con la ciudadanía y la promoción desde el currículum», donde los profesores Benedicto Cadenas, Giannina Olivieri, Leopoldo Duarte, Aiskel Andrade y Pedro Chacín ofrecieron una disertación sobre cuáles son los recursos que tienen las instituciones educativas para reforzar y promover valores básicos desde las aulas de clase.

Para Olivieri, exdirectora de la Escuela de Letras de la UCAB,  lo que más falta en la sociedad actual es el modelado de valores. Explicó que el buen docente es aquel que enseña valores como  honestidad, responsabilidad, cordialidad, respeto y disciplina.

«Si yo tengo que formar en valores democráticos, insistiría en el pluralismo. No todos somos iguales, es tratar al otro como es distinto a nosotros. Formaría en la solidaridad, respeto (política sin respeto no existe), en  igualdad. Es fundamental formar en el diálogo, aprender a hablar, debatir y negociar.  Y yo trato de hacerlo en los salones de clase. La justicia también es ser justo; es pensar en el débil, tratar a todos como se lo merecen y a todos por igual. Todas esas cosas teóricas se enseñan en la práctica en el salón de clases», resaltó Olivieri.

Aiskel Andrade, directora del Centro de Estudios Regionales de la Universidad Católica Andrés Bello extensión Guayana, expresó -en una intervención vía Zoom- que la ciudadanía no está únicamente vinculada a los derechos, también tiene que ver con lo que se construye en los procesos sociales y políticos. Para ella, los valores que se enseñan actualmente son contraculturales, pues los antivalores son más comunes en las familias y colegios.

«Creo que es importante en el niño y el joven cultivar el sentido del bien común. La persona se constituye cuando vivimos respecto al otro. Creo que es importante entender que lo que le pasa al otro me afecta a mí. Uno de los valores clave serían la pluralidad y solidaridad. Eso hace al muchacho sensible a lo que vivimos y con su persona puede mitigar el dolor del otro, puede ayudarlo a rescatar su dignidad humana. Puede ser, desde pequeño, un agente de cambio», afirmó Andrade.

Más participación, más ciudadanía

La tercera actividad del día fue guiada por la profesora y exdirectora de la Escuela de Educación, Erclilia Vásquez. Se trató de la presentación de los resultados de la investigación  «Aportes de universidades venezolanas a la formación en valores para una ciudadanía democrática», realizada desde la UCAB en 2021 con el fin de «describir la percepción de los profesores y estudiantes universitarios sobre la formación que se ofrece en sus instituciones en relación con el fomento de los valores para una ciudadanía democrática».

Para la investigación, 514 personas provenientes de dos universidades privadas y una pública respondieron una encuesta en línea que buscó evaluar qué tanto sentían se promovía en sus casas de estudio virtudes como libertad, justicia, respeto, solidaridad, tolerancia, participación, diálogo y compromiso.

De acuerdo con el estudio, la tolerancia fue el valor que más se trabaja en las universidades: 84 % de profesores y 92.8 % de estudiantes consideraron que las instituciones lo promueven “siempre” o “casi siempre” y esto, en promedio, representa el 87.7 %.  El diálogo fue indicado como el segundo valor más impulsado para 87.6 % de los profesores y 93.6 % por alumnos; luego, sigue la justicia (con 79.03 % en promedio); el respeto -73.35 %- y el compromiso (71.1 %).

En contraste, docentes y alumnos reportaron entre los valores menos promovidos por sus casas de estudio la solidaridad, con 63.24 %, la libertad (61.66 %) y, finalmente, la participación 58.1 %.

«Hay que hacer más énfasis en estos elementos. Participar, la unión, comprometernos y formar parte de esas acciones y actitudes que debemos tener para vivir una vida en democracia. Ante este panorama, tenemos una oportunidad clara para potenciar este valor a través de la educación, especialmente mediante propuestas pedagógicas didácticas en el proyecto curricular. El pensum de los estudios universitarios tiene que ser flexible y se deben propiciar espacios formativos que evidencien valores para la ciudadanía democrática. Autoevaluarnos no es juzgar al otro, sino opinar de forma constructiva», dijo Ercilia Vásquez. 

Los valores en la práctica

La última  parte de las  XVIII Jornadas de Educación en Valores de la UCAB reunió a representantes de seis instituciones privadas y públicas para que mostraran cómo, desde sus espacios y formas, llevan adelante buenas prácticas para fomentar las nociones de ciudadanía y democracia. Participaron la Fundación Empresas Polar, el colegio San José Obrero de Antímano, el colegio Champagnat de Baruta, el colegio Paulo VI de la Cota 905, la ONG Civitas Venezuela y el colegio San Agustín de El Paraíso.

Ana Isabel Sánchez, docente y coordinadora general de edición de Fundación Empresas Polar, explicó que en esta organización tienen una línea de trabajo de desarrollo comunitario, a través de la cual buscan «instalar capacidades en la población para que la gente se convierta en protagonista de su comunidad. Queremos ver personas capaces de liderar procesos de cambio con sus propias herramientas y capacidades» En ese sentido, explicó que la fundación benefició a poco más de 1.500 escuelas entre 2020 y 2021, ofreciendo atención integral y gratuita al docente, estudiante y a toda la comunidad educativa en áreas como educación, fortalecimiento comunitario, capacitación para el trabajo y el emprendimiento y recreación.

«En educación, tenemos el propósito de contribuir con el país ofreciéndoles a las escuelas programas innovadores enmarcados en la propuesta de la Unesco que apuesta hacia la excelencia educativa», sentenció la docente.

El profesor Rafael Peña, director del colegio San José Obrero, enfatizó en que la formación ciudadana comienza en el seno familiar: «Desde pequeños y desde el modelaje en los colegios se comienzan a integrar valores que pueden o no ir a tono con la democracia. La ciudadanía se evidencia cuando recuperamos espacios públicos, con la construcción del bien común y con el trabajo sostenido en el tiempo para tejer redes».

«Tenemos tres líneas muy claras. Primero, educación contextualizada; luego, un ambiente de sostenibilidad y, finalmente, la incidencia pública en la defensa en el derecho a la educación, el ejercicio de la ciudadanía y la cultura democrática. Esto es una construcción colectiva entendiendo la realidad del país y de nuestros propios centros. Y se genera ciudadanía cuando se construyen acuerdos de convivencia en el salón, cuando se estudia la LOPNA, se conocen los derechos y deberes y se organiza la participación de los estudiantes»,  añadió.

Luis Germán Mena, docente y director ejecutivo de Civitas Venezuela, explicó cómo funciona el proyecto de un concejo municipal infantil en el municipio Sucre que impulsan desde esa organización. Se remonta a 2015 e involucra a niños de 4to a 6to grado de primara para que, a través de aulas ciudadanas, promuevan desde su entorno escolar, ciertas políticas públicas y se sientan parte de su sociedad. Los colegios participantes son privados, públicos, nacionales y estadales.

«Se promueve el aprendizaje y la aplicación contextualizada de los procedimientos de la democracia, como la toma de decisiones, el diálogo, la participación, libre elección, construcción de concesos o manejo y resolución de conflictos. Ellos escogían los temas, buscaron políticas públicas y propusieron soluciones. Como son niños, no pueden tomar decisiones jurídicas, pero sí sugerir. La cámara infantil sesionó el mismo día que los adultos», finalizó Mena.

♦Fotos: Manuel Sardá

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