A través de su laboratorio de ingeniería sanitaria y ambiental, la Universidad Católica Andrés Bello comenzó a hacer estudios de calidad en varias tomas de agua de Caracas. Los primeros resultados revelan que, al menos en tres de ellas, el líquido no es apto y requiere tratamiento.
La iniciativa, enmarcada en el programa Reto País, nació a raíz del apagón nacional ocurrido en Venezuela el 7 de marzo pasado, cuando el director de los laboratorios de Ingeniería de la UCAB, Harry Castellanos, propuso a los miembros de su equipo acudir a las fuentes improvisadas y tomar muestras del agua que la población estaba utilizando.
Las imágenes de personas recogiendo agua de efluentes cercanos al Guaire –al igual que en otras regiones con ríos también contaminados– hicieron que, junto con el profesor Douglas Sánchez, técnico del Laboratorio de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (LABSAM) de la UCAB, Castellanos decidiera pensar en un plan de acción ante el riesgo de una epidemia por el consumo de aguas contaminadas.
“Este plan primero lo expusimos internamente en la UCAB para incentivar nuestra extensión comercial, porque nosotros ofrecemos ese servicio de análisis para el sector industrial y empresarial. Ahorita, muchos sectores industriales están interviniendo el mercado con sistemas de tratamiento de aguas, cloración, plantas, etc, pero van a ciegas porque no conocen la calidad del agua. Por eso decidimos conocer qué es lo que vamos a afrontar”.
Lo que dicen las pruebas preliminares
Los profesores Castellanos y Sánchez planificaron, a finales de abril, tomar muestras en cuatro puntos de Caracas (San Agustín, Chacao, Petare y Antímano). Los resultados, recogidos en un informe, indican que una de las fuentes más socorridas, como es el efluente que está en las faldas del Ávila, en Chacao, no está apto para el consumo humano, mientras que el agua que procede de una tubería en Antímano (barrio Santa Ana), sí lo está.
“Al agua del Ávila se le puede hacer un tratamiento básico de cloración y llevarla a los niveles aptos para su consumo. Esto podría hacerse de forma portátil: la gente capta el agua en el Ávila y la trata en su casa, pero para esto hace falta un plan formativo, para que tengan un parámetro de la relación de tableta de cloración por número de litros de agua. En el caso de la toma que está en Antímano, la comunidad podría aprovechar mejor esa agua y su regulación, porque eso está constantemente descargando. Pudiera haber una dosificación o un ahorro de la fuente, que está disponible y apta para el consumo, pero eso requiere la intervención de expertos en materia civil e hidráulica”, comenta Castellanos.
Según el ingeniero, las mediciones se hicieron con apego a las Normas para la Clasificación y el Control de la Calidad de los Cuerpos de Agua y Vertidos o Efluentes Líquidos (Gaceta Oficial N° 5.021 Extraordinaria del 18 de diciembre de 1995) y Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable (Gaceta Oficial N° 36.395 del 13 de febrero de 1998) que son las vigentes en Venezuela.
“El informe que hicimos sobre la calidad del agua es importante que lo tengan la UCAB, los ministerios respectivos y los cuerpos asociados a formación y educación», agrega Castellanos.
Buscando aliados para extender los análisis
La UCAB quiere ir más allá. A partir de este estudio y dentro del marco general de responsabilidad social, los representantes de los laboratorios de la Facultad de Ingeniería han avanzado contactos con diversos entes locales e internacionales especialistas en la materia, con el propósito de tener respaldo para un plan que, en su aspecto más retador, aspira a una alianza nacional, con organismos públicos, ONG y universidades, para monitorear, mejorar y promover el consumo seguro de agua entre los venezolanos.
El proyecto es ambicioso. Harry Castellanos precisa que la fase inicial requiere 70 mil dólares, para cubrir los 15 grupos de ensayo necesarios en todo el país que trabajen el monitoreo de la calidad del agua, cifra que es solo para equipos, logística e insumos químicos.
“Esto puede ascender a 500 mil dólares para poder manejarnos en todo el país y ofrecer planes formativos, visitar comunidades rurales, indígenas y practicar análisis y algunas mejoras domésticas. Tenemos que ser certeros y dejar claro que nuestro aporte no es para cambiar el sistema Tuy, que es otra línea de desarrollo distinta a la nuestra”.
La iniciativa de la UCAB ya llegó a oídos de algunos entes internacionales con competencia en el tema.
“A los posibles aliados con los que nos hemos reunido, les hemos mencionado que reconocemos que la situación de Venezuela no es catastrófica, como puede serlo en otros países, pero que nuestra situación sí es más dramática de lo que se percibe afuera. Varios de ellos lo han entendido y nos han invitado a participar en reuniones con la posibilidad de que en el futuro cercano seamos patrocinados por sus socios”.
El ingeniero deja claro que el trabajo es estrictamente técnico y está “orientado a preservar vidas, mejorar la calidad de vida de las comunidades y a educar sanitariamente, sin interferencia del espectro político”.
En este sentido, apuntó que los especialistas de la universidad también han sostenido encuentros con representantes de organismos del Estado, que admiten las dificultades para hacer las valoraciones necesarias sobre la calidad del agua en todo el país.
“Este plan también lo hemos usado estratégicamente para contactar con entes gubernamentales que nos tienen paralizados ciertas visitas, certificaciones y permisos. En estas conversaciones estamos negociando un punto de equilibrio donde podamos trabajar armónicamente con el Estado, en una función humanitaria, y podamos complementarnos como socios estratégicos para brindarle atención a la ciudadanía. Creemos que es un buen momento para solventar todos los cuellos de botella”, explica el director de laboratorios.
El profesor Douglas Sánchez vislumbra los alcances futuros y nacionales del proyecto: “esto no solo impacta sobre la bomba de tiempo que es el agua para consumo y aseo personal, sino que podríamos cubrir y caracterizar cuerpos de aguas naturales que podrían ser posibles fuentes de suministro o algún cuerpo de agua natural que ya puede presentar indicios de contaminación. Así podemos diseñar estrategias para usar esa agua o sanearlas”.
Los interesados en conocer más pueden obtener información ingresando a la página oficial de Consultores UCAB: https://consultores.ucab.edu.ve/.
También, pueden escribir al correo electronico consultoresucab@ucab.edu.ve o llamar a los teléfonos 0212- 407 4420 Y 0212-407.4422.
♦Texto Elvia Gómez/Fotos: Harry Castellanos y Manuel Sardá