Para Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, el próximo año escolar arrancará con muchas dificultades, por lo que el apoyo entre instituciones, la solidaridad y la flexibilidad serán indispensables para garantizar la asistencia a clase
La escuela está de vacaciones, la crisis no. De ahí que proponer acciones a corto y largo plazo, en materia educativa, resulte una tarea impostergable para la sociedad venezolana. Reto País conversó con el profesor Fernando Pereira, fundador y coordinador general del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), para revisar con enfoque de prospectiva el tema educativo en el país.
Para Pereira, en el corto plazo los venezolanos “tenemos que tomar medidas casi que de emergencia para preservar la escuela como institución, para que los niños puedan continuar yendo a clases, para que los docentes no se nos sigan yendo”.
La crisis –explica el educador- hace que no veamos respuestas en el horizonte. “Tenemos que asumir el reto de buscar alternativas conjuntas, de no aislarnos, apoyar la labor de los docentes, que titánicamente están persistiendo. En este contexto de crisis, la escuela debe ser un espacio protector fundamental antes las carencias que están presentes en las familias”.
Frente a las dificultades que se avizoran para el próximo año escolar, a juicio de Pereira, “necesitamos nuevamente mucha solidaridad y flexibilidad por parte de los docentes y directivos para entender que la esencia de la educación son los seres humanos, no los cuadernos, ni los libros, ni los utensilios; necesitamos preservar ese talento que acude a la escuela, hacer todo lo posible para atravesar, de la mejor manera, estos momentos de gran dificultad”.
La educación, una prioridad
Para el coordinador general de Cecodap, los diferentes actores del proceso educativo (familias, docentes, Estado) no tienen otra opción que “la construcción de un gran consenso nacional que haga de la educación una prioridad, necesitamos un consenso que trascienda un periodo de gobierno, que permanezca y que sea asumido como una prioridad de Estado, un consenso que apueste a la educación como herramienta trasformadora”.
Aunque resulta indispensable ese acurdo nacional y la participación de todos los actores en la construcción del mismo, el educador considera que cada actor tiene un rol específico que cumplir dentro del proceso educativo.
La escuela debe -estima el experto- seguir desempeñado un rol social en la protección de los niños. “Tomando en cuenta la crisis humanitaria que existe en Venezuela, las escuelas deben jugar un rol más activo en la protección y desarrollo de los niños, no sólo en lo educativo, sino también en lo físico, nutricional, emocional”.
En cuanto al rol de la sociedad, y específicamente de las familias, Pereira asegura que “tienen que apostar a que la educación es el camino que nos puede ayudar a alcanzar el desarrollo y a superar la exclusión, que es uno de los grandes problemas que afecta a las grandes mayorías en el país”.
Finalmente, el también defensor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes hace algunas consideraciones sobre el papel que debe desempeñar el ente rector en materia educativa. Desde su experiencia, explica que éste “debe actuar acorde con una nueva visión de país, debe concebirse como un rector que tiene un liderazgo basado en la legitimidad de su competencia, debe tener liderazgo para hacer sinergia, generar confianza, ser capaz de comunicarse y de inspirar al país, no de imponerse”.
Foto: Cecodap