Durante su intervención en la Semana Teológica organizada por el ITER UCAB, el sacerdote jesuita y politólogo, Francisco José Virtuoso, insistió en que la superación de la crisis venezolana pasa por la movilización y articulación de la sociedad civil y los partidos políticos en defensa de los derechos conculcados. Por Elvia Gómez/ Elucabista.com
El rector de la Universidad Católica Andrés Bello, reverendo padre Francisco José Virtuoso s.j., aseguró que, muy distinto a lo que es la percepción general, la sociedad venezolana no está totalmente desmovilizada y sigue expresando su molestia ante la crisis nacional, pese a que la censura oficial y las presiones y amenazas contra los medios de comunicación -y hasta contra los usuarios de las redes sociales- minimizan el hecho de que, durante el primer semestre de este año, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró 4.414 protestas en todo el país.
“Esta sociedad aunque esté atravesada por el miedo, consternada, ceñida a la tarea inmediata de responder a la situación de crisis, se moviliza y sigue expresándose. Hay que buscar la manera de visibilizar cómo esta sociedad se está moviendo, en la protesta, en la actuación de las ONG. Ahora eso cuesta muchísimo más y eso refuerza la sensación de que estamos esperando que nos salven. Parte de nuestro reto es cómo, en este contexto, recuperamos el ágora pública, la palabra en la calle. Vamos a tener que hacer uso del papelógrafo, de los grafitis en la calle, del multígrafo; si no, nos vamos a quedar mudos. Poco a poco se va perdiendo la palabra y tenemos que recuperar la palabra y el espacio público que el Estado nos arrebató”.
Virtuoso participó, este miércoles 22 de julio, en la tercera jornada de la Semana Teológica 2020, organizada por el Instituto de Teología para Religiosos (ITER), en la que abordó el “Papel de la ciudadanía, la sociedad civil y el Estado en la consolidación alternativa”.
Indicó que, ciertamente, no se trata de que se estén produciendo las protestas multitudinarias que fueron televisadas en los años 2002 o 2005, “pero no son protestas para dar un paseo, ha habido 129 detenidos, 62 heridos y 2 asesinados. A mucha gente eso le cuesta la vida, cada vez más movilizarse y exigir tiene consecuencias”.
Desde el lunes 20 y hasta el viernes 24 de julio, el ITER de la Universidad Católica Andrés Bello, en alianza con la Pontificia Universidad Salesiana y la Arquidiócesis de Caracas, convocó conferencias sobre el tema “Propuesta de una alternativa superadora a la situación actual de Venezuela”, que se transmiten a través de la plataforma Zoom y Youtube. El espacio lo modera el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, quien también formula algunas interrogantes a los invitados.
Virtuoso, doctor en Ciencias Políticas, explicó que en los últimos 20 años Venezuela retrocedió a la situación existente antes de 1958 y la Constitución de 1961.
“Nosotros no hemos tenido el gobierno de las leyes sino el gobierno de los hombres, del partido de turno, del que más manda. Hemos tenido la sustitución del régimen de democracia representativa por el bonapartismo moderno: una combinación explosiva de poder personal sin límites y movilización popular en apoyo a la persona que ejerce el poder. La Constitución salió del juego y empezamos a vivir en una sociedad con una especie de estado de excepción que se fue constituyendo entre el Estado y el gobierno, donde todo depende de cómo le caiga uno al gobernante de turno o cómo se lleve con el malandro o con el policía”.
Recordó que ese esquema, instaurado por Hugo Chávez, hizo que los ciudadanos perdieran de vista su responsabilidad individual y dejaran en manos de terceros la responsabilidad de lo público.
“El líder desplaza la corresponsabilidad ciudadana, la de las organizaciones intermedias e, incluso, la de los propios partidos políticos. Se creó la ilusión de que el ciudadano tiene quien le resuelva los problemas y lo único que hay que hacer es seguirlo. Eso lo introdujo el chavismo y la oposición se lo ha comprado; esto crea una suerte de cultura política, entonces, tenemos un pueblo movilizado pero no participativo y la ciudadanía deja de ser corresponsable. Habrá miles en la calle mientras tengan esperanza en ese líder, y si no les responde, entonces hasta ahí llegan y lo dejan de lado”.
Para el rector de la UCAB, la crisis actual comenzó cuando los partidos políticos dejaron de cumplir su tarea y por eso cree que, en las actuales circunstancias, “es urgentísimo” recuperarlos, aunque no como meras maquinarias electorales sino como espacios de discusión y de interlocución con la sociedad.
“Si Maduro tuviera un PSUV capaz de pararse frente a él y le dijera: ‘Las cosas no son así’, otro gallo cantaría, pero tampoco del lado de la oposición son capaces de pararse ante sus líderes y obligarlos a corregir”.
Así las cosas, el también historiador planteó entonces como alternativa superadora de la crisis la constitución de una gran plataforma de fuerza social que reivindique los derechos conculcados a todos los sectores.
“Tenemos que desarrollar capacidades. No es fácil, pero nos hace falta la alianza de organizaciones con calado nacional como la Iglesia católica, que cuenta con organizaciones presentes en todo el ámbito nacional. En la UCAB estamos comprometidos en trabajar en esa plataforma, acabamos de terminar la ENCOVI, el documento académico que mejor recoge la situación del país. Cuánto desearía yo que las cifras de la ENCOVI estuvieran en las manos de todas las comunidades, de todas las organizaciones, que la gente realmente aprendiera a manejar esas cifras y con eso desarrollar iniciativas; pero para eso hace falta una gran red. Provea tiene un informe permanente sobre derechos económicos y sociales, Cáritas tiene un informe permanente de nutrición, pero tenemos que lograr unificar todos estos esfuerzos”.
Dijo que él, en lo personal, ha estado impulsando una gran plataforma para luchar contra la situación de emergencia social.
“¿Qué es lo que más nos duele a los venezolanos? El hambre, no tener luz, ni agua, ni transporte, toda la degradación de la vida y la ausencia de oportunidades. Tenemos que ver cómo nosotros, academias, organizaciones, comunidades, nos podemos convertir en una gran fuerza social que vaya un poquito más allá. Queremos demostrar que estamos descontentos, que tenemos que reclamar nuestra dignidad, que lograr que haya políticas públicas que respondan a este grave problema y eso supone dar un paso de la organización para la ayuda humanitaria, para el reclamo político, para la incidencia. Esa es nuestra salvación: la unidad como sociedad civil, es la hora de la sociedad civil para poder avanzar”.
Para terminar, el rector Francisco José Virtuoso recalcó la importancia de que las alianzas también se hagan, internacionalmente, entre las organizaciones de la sociedad con sus pares del exterior, en la línea de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús, que habla de “crear una ciudadanía universal”.
Recordó que el conflicto nacional tiene “aristas que lo convierten en algo mucho más allá de los conflictos tradicionales”.