Con el soporte económico y logístico de donantes y voluntarios, un grupo de venezolanas sortea obstáculos para mantener activa la Fundación Santa en las Calles Valencia, organización que brinda apoyo alimentario, educativo y de salud a más de 2.200 personas, principalmente niños de casas hogares y pacientes pediátricos con cáncer de la capital del estado Carabobo
*Por Albany Díaz
Para los niños, los juguetes son más que regalos; constituyen magia, emoción y aprendizaje. Entendiendo esto y en respuesta a la situación en la que se encontraban muchas de las casas hogares del estado Carabobo, Tamira Rodríguez decidió unirse a Nany Villalobos y Aldo Randazzo para dar vida, en 2008, a la iniciativa “Santa en las Calles Valencia”, propuesta a la que posteriormente se unirían Janett Pimentel, Claudia Martínez, Tatiana Lugo y Lismary Díaz.
Inspirada por la visión de su padre sobre la solidaridad, a la que ha entendido como «la unión con el prójimo, la comprensión de sus necesidades y la búsqueda de alternativas para aliviar su carga», Rodríguez explica que, en principio, la propuesta se centraba en la entrega de regalos a infantes en épocas decembrinas.
Sin embargo, los crecientes niveles de pobreza de ingresos y general -que alcanzaron 96% y 64,8%, respectivamente, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi)- la impulsaron, junto a sus amigas, a constituir el proyecto como fundación, en el año 2018, y a ampliar su radio de trabajo, promoviendo desde entonces iniciativas de alimentación, salud y educación.
Según explica Rodríguez, gracias a actividades de recolección de fondos y donaciones de madrinas, padrinos, voluntarios y contribuyentes conocidos como «elfos» nacionales y extranjeros, actualmente «Santa en Las Calles Valencia» mantiene operativos tres programas: Nutrichamos, Chamosalud y Formachamos.
La ayuda alimentaria ofrecida a través de “Nutrichamos”, beneficia mensualmente a 100 niños de cuatro casas hogares (Semillitas, San Antonio, Amor, Fe y Esperanza y María Auxiliadora) ubicadas en diferentes municipios de la capital carabobeña y a más de 100 pacientes de pediatría de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (conocido como hospital central de Valencia). Asimismo, la organización realiza al menos tres jornadas de entrega de víveres y ropa al año para ayudar a 2.000 personas en condición de calle.
Por su parte, «Chamosalud« provee insumos médicos a pacientes hemato-oncológicos pediátricos del hospital central de Valencia y organiza celebraciones por los cumpleaños de los pequeños. Además, presta atención odontológica y tratamiento de diferentes trastornos a los niños de las casas hogares.
El tercer programa, denominado «Formachamos«, tiene un foco diferente y entiende a la educación como un proceso integral. Consiste en brindar apoyo en la nivelación escolar de los niños de la casa hogar San Antonio, a través de «La tiendita de valores», que promueve la honestidad y el esfuerzo como forma de superación personal y profesional.
Para Tamira Rodríguez, presidenta de la fundación, formar parte del grupo creador de esta ONG se ha convertido en «su vida», además de una oportunidad de involucramiento y compromiso con las comunidades de su ciudad. La odontóloga de profesión asegura que su sentido de ayuda «está presente en todas sus acciones», motivo por el cual agradece a Dios.
«El bienestar que se obtiene al ayudar al prójimo es indescriptible; recibir una sonrisa, una mirada o palabra de agradecimiento no tiene precio; aparte, estar rodeada de personas maravillosas que comparten el mismo fin es reconfortante, siempre hay palabras de aliento, de esperanza a pesar de las mayores adversidades. Si ayudar es reconfortante, ver los resultados de ese trabajo en conjunto, que va desde personas anónimas hasta los que damos la cara, es un engranaje perfecto de acciones. Creo que recibo más de ellos que lo que yo les puedo ofrecer, porque reciben con humildad, con paz sobre lo que están viviendo», expresa la representante de la directiva de Santa en Las Calles Valencia.
Sembrando solidaridad en las nuevas generaciones
Pero la vida de Tamira no ha sido la única transformada por la labor de “Santa en las calles Valencia”. Antonella Rodríguez, bachiller de 17 años y voluntaria encargada de las redes sociales de la fundación, se involucró por primera vez con la institución hace ocho meses, en diciembre de 2019, junto a los compañeros de promoción de su colegio y, desde entonces, piensa que los retos de la vida se perciben de forma distinta cuando se tiene la oportunidad de ver la realidad de otros.
“En diciembre de 2019, la fundación como tradición realizaría el llamado ‘Taller de Santa’ (jornada de entrega de regalos) y un grupo de la promoción asistimos ese día; visité tres casas hogares de Carabobo, donde pude conocer historias que recordaré con mucha admiración, entendí que cada persona tiene una realidad distinta”.
Antonella cuenta que, en marzo, justo antes del inicio de la cuarentena, tuvo oportunidad de acudir a otra de las actividades de la fundación, esta vez al bautizo de tres “calvitos”, como cariñosamente llaman en la fundación a los pacientes pediátricos de cáncer a los que brindan apoyo. La experiencia, asegura, le hizo entender que «todo depende de la perspectiva desde donde se mire»
“Con el comienzo de la COVID-19, el mundo se nos venía abajo para muchos, pero en ese momento pensaba: ¿Qué sería de aquellos niños para los que, hace algunos meses, semanas o días, los cuentos de buenas noches fueron cambiados a la cama de un hospital? ¿Qué sería de las niñas que temen ver cómo cae su último cabello producto de la quimioterapia? Es por ello que decidí ser voz de esperanza para todos esos casos e inicié una campaña de venta de galletas donde lo recolectado fue donado a los valientes niños con cáncer. Después de eso, el equipo de Santa En las Calles me incluyó en su equipo de trabajo activo, un grupo de personas que apoya a niños de casas hogares y a los amados calvitos. El 18 de julio oficialmente pasé a formar parte de la fundación”.
Aunque reconoce que en este 2020 resultó frustrante para ella no poder celebrar su graduación de bachiller, Antonella agradece haber encontrado en la fundación una visión distinta de la vida y la oportunidad de comprender la importancia de los gestos de empatía y apoyo al otro, por más pequeños que sean.
Ahora que está lista para seguir su formación profesional–“fui admitida para estudiar Psicología en la UCAB”, comenta con orgullo- invita a otros a no quedarse mirando e involucrarse en iniciativas que contribuyan a darle bienestar a quienes lo necesitan. “Ayudar no es cuestión de edad, solo es cuestión de voluntad«, afirma.
“El país necesita un cambio de rumbo”
El contexto de crisis humanitaria en el que se encuentra sumergido el país, traducido en inseguridad alimentaria moderada en 74% de los hogares venezolanos y desnutrición severa en 30% de la población de infantes menores de 5 años, complica el sostenimiento de los tres programas de la Fundación Santa en Las Calles Valencia. Así lo advierte Tamira Rodríguez, para quien es urgente un cambio de modelo político que se centre en la solución de los problemas de la gente.
“La situación actual del país es preocupante. Me alarma la realidad en materia de salud, de nutrición infantil, educacional, lo que lleva a que nuestra capacidad como fundación se vea a veces sobrepasada, debido a la cantidad de personas que necesitan ayuda de toda índole. Para solucionar esta situación debe haber un cambio radical en la conducción del país, en el esquema tergiversado que hay de valores, tener un buen liderazgo con un equipo capacitado y preparado de personas, para cada sector productivo y asistencial. Todo se oye cuesta arriba, pero sé que sí se puede. Dentro y fuera del país tenemos capital humano capaz de lograrlo y nosotros iremos de la mano con ellos«.
A pesar de los retos propios de la situación nacional y los problemas de movilización, comunicación y servicios básicos que presentan, quienes forman parte de esta iniciativa lo hacen apegados al eslogan “los elfos trabajamos todo el año” y a la idea de “las dificultades no pueden ser mayores que las ganas de ayudar”, frase que utilizan como motivación para cooperar en pro del bienestar de los niños de Carabobo.
“Los desafíos de la vida no están para paralizarte, sino para ayudarte a descubrir quién eres”, se lee en uno de los mensajes que cuelgan en su cuenta de Instagram para motivar a otros a formar parte de su labor.
Quienes estén interesados en aportar monetariamente o con insumos al trabajo realizado por esta fundación, pueden solicitar información a través del correo electrónico fundacionsantaenlascallesval@gmail.com o por medio de las cuentas @Santaenlascallesval en Instagram y @SantaEnCallesVa en Twitter.
Hoy más que nunca es fundamental mostrar y replicar las historias de lo bueno que hacemos, de lo mejor de nuestros gentilicio, con el fin de (re)construir ese tejido social que propone y actúa por el bien común.
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*Fotos: cortesía Tamira Rodríguez y Antonella Rodríguez